Las parteras y las doulas

A menudo veo mujeres embarazadas que contratan parteras y doulas, o que van a un centro de maternidad pensando que automáticamente eso significa que van a tener el parto natural e ideal que desean.

 

Al igual que entrar a una tienda naturista y pensar que todo lo que compremos será automáticamente "saludable", el simple hecho de contratar a una partera/doula o ir a un centro de maternidad no significa que obtendremos el parto que deseamos. Así como en una tienda de alimentos saludables es necesario leer las etiquetas, también es importante tener claro el parto que se desea, hacer preguntas e investigar para poder decidir quién hará parte de su equipo de apoyo en el momento del nacimiento.

Tener claros tus valores y necesidades te ayudará a saber lo que estás buscando y te guiará rápidamente hacia la opción que te hará sentir más segura al momento de dar a luz.  Hablemos de algunas de las opciones que tienes.

Por un lado está el servicio obstétrico prenatal que será menos personal ya que usualmente atienden muchas más mujeres embarazadas. Adicionalmente,  incluye muchas más intervenciones y aunque puedes elegir no recibir parte ellas, será difícil luchar y defender tu posición mientras tu cuerpo y mente intentan rendirse y entregarse al momento de dar a luz. Por lo tanto, no es ideal y no es efectivo.

 

Por otro lado está la atención prestada por las parteras que se sentirá más cercana, como una consejería. Las citas/sesiones prenatales serán más largas y personales, con conversaciones sobre aspectos de la vida, tus miedos y demás preocupaciones o dudas que puedan surgir; podrás tomar más decisiones sobre cómo quieres que sea tu parto.

 

Dicho esto, es muy importante para las mujeres embarazadas que durante el proceso de elección de su equipo de apoyo para el momento del nacimiento, sepan que tanto las parteras como las doulas están sujetas a regulaciones estatales, es decir que trabajan para el estado. Este tipo de regulaciones  traen consigo una enorme carga de responsabilidades que influyen directamente en la toma de decisiones de las parteras/doulas,  donde los intereses  de la embarazada pasan a un segundo plano ya que pueden poner en riesgo su licencia para ejercer. 

Lo mencionado anteriormente no es un ataque a las parteras y doulas con licencia, es solo la forma en que se regula a las mujeres y el parto. Cualquier persona que esté capacitada por un organismo oficial de atención médica (médicos, doulas/parteras) está sujeta a esta limitación.

 

Otra opción es contratar a una partera/asistente de parto tradicional que atenderá y estará presente en el parto pero que ha elegido no tener una licencia por las razones mencionadas anteriormente.

 

Cada estado tiene sus propias leyes que regulan los nacimientos por lo tanto cada partera y doula ejerce de manera diferente; algunas están dispuestas a transgredir las reglas (poco o mucho) y otras no. Por eso es importante saber exactamente lo que se quiere y hacer algunas preguntas como:

 

¿Me mantendrá bajo su cuidado si supero las 42 semanas o me transferirá a un hospital?

¿Me exigirán/presionarán para que me hagan ecografías? 

¿Asistirá a un parto gemelar en casa?

¿Puedo rechazar ciertos procedimientos y medicamentos?

Basado en sus estudios y experiencias ¿Cuáles son sus áreas de práctica y cuáles no?

¿Bajo qué condiciones se transferirá al cuidado de otros (Ej: hospital)?

Lo buena noticia es que a menudo podrás encontrar a alguien que honrará TUS deseos sobre cómo quieres dar a luz; no existe una forma buena o mala de hacerlo , es simplemente  hacerlo de la forma que tu quieres. Entre más sepas y te sientas empoderada acerca de tus elecciones, más fácil será elegir un equipo que esté de tu lado.

 

Recuerda que tu doula, médico o partera trabajan para ti y NO tu para ellos; no estas obligada a hacer nada que no quieras en el proceso de tu embarazo y parto. Seguro encontrarás personas que compartan tus valores y comprendan tu visión.

Eyla CuencaComment